La economía mundial seguirá creciendo a un fuerte ritmo en 2018 y 2019.
Así se refleja en las previsiones del FMI publicadas el pasado mes de julio. Para 2018, se espera un crecimiento del PIB mundial del 3,9% (3,7% en 2017), que también se mantendrá en 2019. La inflación aumentará levemente en 2018, tanto en las economías avanzadas como en las emergentes.
Estas favorables perspectivas se sustentan en diversos factores, en particular, en el mantenimiento de unas condiciones financieras favorables, incluso en EEUU, donde se espera que la normalización monetaria continúe de forma gradual, en la recuperación del precio del petróleo y otras materias primas, que favorecerá a los países exportadores sin perjudicar en exceso a los importadores y en el elevado crecimiento previsto en las economías emergentes de Asia (lideradas por la India, Indonesia y otros países asiáticos, mientras China continúa con su proceso de desaceleración gradual).
Estas favorables perspectivas no están exentas de riesgos. Lo más destacado es el creciente nivel de deuda global y la sensibilidad de los mercados financieros ante un endurecimiento de las condiciones financieras internacionales mayor de lo esperado. A ello hay que añadir los riesgos de naturaleza política y geopolítica. Entre ellos, el más importante es el aumento del proteccionismo a escala global. La decisión del Presidente Trump de imponer aranceles del 25% y el 10% a las importaciones de acero y aluminio (procedentes de la Unión Europea, Canadá y México), así como otras subidas arancelarias del 25% sobre más de 1.300 productos chinos, mayoritariamente productos de alta tecnología, por un valor cercano a los 50.000 millones de dólares, junto al anuncio de China de imponer a su vez aranceles a las importaciones provenientes de EEUU, ha aumentado los temores a que se produzca una escalada de las tensiones comerciales y un aumento del proteccionismo. Por otra parte, persiste el riesgo de que no se avance en las negociaciones para modificar el Tratado de Libre Comercio para América del Norte (NAFTA). En Europa, la principal fuente de incertidumbre se encuentra en la negociación del proceso de salida del Reino Unido de la Unión Europea.
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