Las previsiones para 2020 apuntaban hacia un crecimiento de la inversión en vivienda, aunque a un ritmo más moderado que en el año anterior, ya que los determinantes de la demanda seguían siendo favorables.
La irrupción de la pandemia del COVID-19 ha supuesto un duro revés para el mercado inmobiliario.
La renta de los hogares se ha visto recortada en 2020 por la destrucción del empleo y la confianza del consumidor ha descendido hasta niveles muy bajos.
Durante los meses del confinamiento, la venta de viviendas descendió un 60% interanual. La materialización de algunas decisiones de compra, aplazadas por las restricciones de movilidad, propiciaron un repunte de las ventas en el tercer trimestre.
El año 2020 se saldó con un descenso de las ventas del 23%, aunque las ventas de vivienda nueva cayeron menos que las de vivienda usada.
La caída de la demanda extranjera lastró las ventas del sector en la provincia. Durante el pasado año se vendieron 14.386 viviendas a extranjeros, un 31% menos que en 2019. El descenso fue generalizado en todos los mercados.
El precio de la vivienda ha registrado una caída interanual del 2,2%, situándose en 1.282,8 €/m2. El descenso de los precios en la provincia ha sido mayor que el registrado en la Comunidad Valenciana y España (-1,6% y -1,1%, respectivamente).
La corrección del precio de la vivienda ha sido más intensa en el segmento de vivienda de segunda mano que en la vivienda nueva (-2,6% frente a -0,6%, respectivamente).
El nuevo crédito a los hogares destinado a la adquisición de vivienda aumentó ligeramente debido al aumento de las renegociaciones.
El esfuerzo financiero para acceder a una vivienda se ha estabilizado en torno a los valores de 2019 y es más reducido que al inicio de la crisis de 2008.
El impacto de la pandemia en la actividad inmobiliaria ha sido menor que en otros sectores económicos.
Durante el pasado año se terminaron 5.243 viviendas en la provincia de Alicante, un 18% más que en 2019.
La recuperación del ritmo de actividad se ha reflejado en la evolución del empleo del sector. Al finalizar el año, el número de afiliados a la Seguridad Social en el sector de la construcción ascendía a 49.879, una cifra que se aproxima al nivel registrado en el mismo mes del año anterior.
El aumento de la incertidumbre y el deterioro de las expectativas de demanda está afectando a la iniciación de nuevos proyectos de edificación. El menor número de visados de obra nueva en 2020 afectará al número de viviendas terminadas en 2021.
El stock de vivienda nueva sin vender se ha reducido en los últimos años, aunque la provincia de Alicante continúa estando entre las provincias con mayor porcentaje de stock sobre el total y sobre su parque de viviendas.
Se prevé que la inversión en vivienda comience a recuperarse en la segunda mitad de 2021, a medida que vayan desapareciendo los focos de incertidumbre, y mejoren las expectativas de renta futura de los hogares.
El aumento de la tasa de ahorro de los hogares favorece la inversión residencial.
Los tipos de interés permanecen en niveles muy bajos y las condiciones de financiación siguen siendo atractivas para la inversión, a pesar de que los criterios de aprobación de créditos a los hogares se han endurecido ligeramente en los primeros meses de este año.
Los Fondos Europeos pueden suponer un fuerte impulso para el sector a través de programas de rehabilitación del parque de viviendas y los programas de vivienda social en régimen de alquiler.
En los próximos meses se espera que los precios de la vivienda continúen ajustándose a la baja, pero con diferencias según zonas y tipología de la vivienda.