Evolución de la actividad de las empresas españolas
La actividad de la industria manufacturera ha perdido impulso en los últimos meses, en un contexto marcado por la persistencia de las alteraciones en las cadenas globales de suministros, agravadas por la invasión rusa de Ucrania, la intensificación de las presiones inflacionistas y el impacto de la pasada huelga del transporte.
Todos estos factores están frenando la producción y provocando una caída de los nuevos pedidos. El aumento de los stocks de productos terminados en abril debido a la huelga de transporte también explica el menor avance de la producción.
El índice PMI del sector manufacturero español, que había repuntado hasta el 56,9 el pasado mes de febrero, ha disminuido hasta alcanzar un valor de 53,3 en abril.
Las expectativas empresariales, que en los primeros meses del año se mantenían elevadas con la esperanza de que la mejora de la situación epidemiológica impulsaría las ventas y la producción, se han deteriorado debido a la guerra en Ucrania y al impacto de la elevada inflación sobre la demanda.
El descenso de la confianza y el aumento de la incertidumbre está afectando a las decisiones de contratación y de compra de materias primas y otros insumos, cuyos plazos de entrega por parte de los proveedores siguen alargándose.
La persistente inflación de costes está llevando a las empresas a incrementar sus stocks de materias primas y a trasladar parcialmente esos mayores costes a los precios de venta.
Los resultados de la última edición de la Encuesta del Banco de España a las empresas españolas sobre la evolución de su actividad ponen de manifiesto que los problemas de oferta están aumentando su incidencia negativa sobre la actividad empresarial, especialmente el aumento del coste de los inputs energéticos, que ya afecta a cerca del 80% de las empresas. A ello se añaden los problemas de los suministros y la escasez de mano de obra que siguen afectando en torno al 30% de las empresas.
En la industria manufacturera, las dificultades para recibir suministros afectan al 45% de las empresas, mientras que la escasez de mano de obra afecta negativamente a la actividad del 40% de las empresas constructoras.
Estas tensiones están aumentando los costes de las empresas. Cerca del 82% de las empresas declara un aumento del coste de sus consumos intermedios y espera que estas tensiones inflacionistas persistan, lo que afecta a sus perspectivas sobre los precios de venta. En el primer trimestre, algo más del 40% de las empresas afirma haber aumentado los precios de venta y algo más del 60% de las empresas espera aumentarlos a lo largo del próximo año, aunque los incrementos previstos de los precios de venta siguen siendo inferiores a los aumentos observados en los costes.
Las perspectivas de recuperación del nivel de actividad anterior a la crisis se retrasan.
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