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La propagación de la pandemia del COVID-19 y la adopción de medidas para su contención ha tenido un fuerte impacto en la evolución de la economía alicantina.
Según el ISpA, el PIB de la provincia de Alicante experimentó una fuerte contracción en la primera mitad del año, especialmente en el segundo trimestre en el que registró un descenso del 23% respecto al trimestre anterior, debido a la suspensión de todas las actividades no esenciales que tuvo lugar en el mes de abril y a las mayores restricciones a los movimientos de la población. En términos interanuales esto supuso un retroceso del 28,7%.
Desde principios de mayo, la relajación escalonada por fases de las medidas de contención, que culminó con la finalización del estado de alarma el 21 de junio, propició una recuperación gradual de la actividad. En el tercer trimestre, el PIB se incrementó un 14% con relación al trimestre precedente. A pesar de ello, en el tercer trimestre se situaba un 19,4% por debajo del nivel registrado en el tercer trimestre de 2019.
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