Juan Riera. Presidente de la Cámara de Comercio de Alicante
La última vuelta de tuerca que ha dado el Gobierno a la economía española es una medida desesperada, lo han reconocido, para tratar de frenar el contagio de la enfermedad. Ya llegará el momento de valorar si las respuestas del ejecutivo han sido buenas, proporcionadas, ágiles y en el tiempo adecuado, pero no ha llegado aún el punto, en plena crisis, de aplaudir o rechazar medidas. Las Cámaras de Comercio somos muy respetuosas con las decisiones que toman las Administraciones y aunque en este caso pudiéramos ir alineados con las organizaciones empresariales, no somos ni una asociación ni un sindicato de empresarios. Personalmente, como empresario particular, tengo mi opinión, pero como presidente de la Cámara de Alicante mi papel es otro.
Estamos en una encrucijada en la que no valen soluciones normales porque el presente es durísimo y el futuro no alcanzamos a ver lo que nos puede deparar, pero es muy negro y muy preocupante. De momento lo importante es la salud de los españoles, y la economía, nos guste o no, irá en segundo lugar. Evidentemente hibernar la producción va a tener un elevadísimo coste que las empresas no podremos afrontar solas y necesitaremos la ayuda del gobierno español y de la Unión Europea para salir adelante. En nuestra opinión es muy injusto que todo el peso de la crisis, la paralización de la economía y los permisos retribuidos recaigan sobre las espaldas de las empresas. Esta decisión hay que moderarla con decretos complementarios que eviten el cierre de miles de empresas y de millones de puestos de trabajo.
Es verdad que las medidas parecen desesperadas e improvisadas y, evidentemente, las pérdidas serán brutales en el corto plazo para empresas y trabajadores, pero no es menos cierto que ahora cualquier decisión que se tome sería imposible que nos complaciera a todos.
¿Qué podemos hacer desde la Cámara para ayudar a las empresas? Tenemos dos aspectos fundamentales: la formación y la información y vamos a seguir ejerciéndolas en las duras condiciones que nos toca vivir. La Cámara no se paraliza ni se detiene, estamos ahí trabajando desde casa para realizar programas y planes de ayuda a las empresas en esos campos que aún podemos y debemos ejercer especialmente importantes para las pymes, los autónomos y los comercios.
Vamos a cambiar las herramientas y los mecanismos pero esta misma semana hemos programado una larguísima serie de actuaciones, que daremos oportunamente a conocer, para que el confinamiento sirva a muchos empresarios y trabajadores, si lo saben emplear, para dar un nuevo empujón a sus negocios y sus vidas profesionales. Hay una batería de seminarios online previstos, webinar se llaman ahora, cursos de formación especializados, incluso conferencias sobre países donde podremos más pronto o más tarde exportar, normativas y posibilidades de negocio en esta crisis, digitalización de comercios, legislaciones aduaneras y hasta un curso de oratoria.
Hemos puesto en marcha todo nuestro saber hacer, los contactos con empresarios y ponentes especializados para que esto no se detenga. Los trabajadores de la Cámara desde una dura situación, están dando lo mejor de sí para vencer al virus desde sus casas pero trabajando más horas si cabe. Vamos a seguir dando los servicios que podamos y que nos dejen, pero cualquier empresario tiene mi promesa de que si nos necesita estaremos a su lado.